miércoles, 20 de enero de 2010

No matter's what...


... y pido perdón porque a pesar de todo tengo el cinismo de creerme afortunada.

Confieso que los últimos acontecimientos me han hecho sentir escenarios huecos, soledades graves. Tengo frases sueltas en la cabeza, frases que no he dicho, que hago yo y que hacen otros, sentencias que a veces curan y otras rompen, tengo monosílabos telefónicos que agravan distancias, tengo cartas sin respuesta, poesía de analfabetos, canciones para sordos, promesas que lastiman por no haber sido cumplidas y visceversa, tengo sus diferentes tonos de voz grabados en la cabeza, puedo adivinarles hermandad y lazos rotos, amor y desamor, tengo sus ojos tristes y desorientados todas las mañanas porque no encuentra explicaciones, tengo los míos, iguales también. Tengo dudas que iluminan, verdades que apagan la luz, tengo ganas de andar, de cerrar capítulos y tengo también nostalgia, dolores y miedo de hacerlo. Tengo semanas vacías desde el 11 de enero, tengo un domingo que me vació el resto del año, tengo un velo de realidad que opaca mis fantasías, tengo un nudo en el pecho que me oprime el entusiasmo, tengo acuses de recibo, casi todos secos, limitados a dos líneas. Tengo sís y tengo nos, tengo ojos clarividentes posados sobre mí, que me dejan pasar aunque no quiera, y tengo ojos ciegos que no me miran, que no me quieren ver, a los que quiero entrar y no me dejan. Tengo la lengua chata, la letra pobre, la gana rancia, tengo guerras ganadas que no me inyectan vida, batallas perdidas que me arrancan carne, tengo kilos de compañía y una sola ausencia que me rompe.

... quizá sólo sea señal de que estoy viva.