
Cada paso que se da es el "Erase una vez..." de una historia que comienza y que nunca, nunca se sabe dónde parará. Hay pasos que se adhieren a viejos cuentos, gente que entra de secundario a historias principales que tienen más que plantados a sus protagonistas. Hay pasos que cambian el rumbo, que quiebran el camino o que retroceden.
He protagonizado algunas fábulas ajenas, seguro he pasado desapercibida en otras, algunas veces me hubiera gustado ser al menos una antagonista que mereciera el odio de cualquier lector, que metiera en líos a la princesa del cuento haciéndole vudú y seduciendo a príncipes que, por humanos, no tienen el más mínimo rastro de azul... pero me he quedado en el mero papel de cuasiextra, lamiéndome las heridas y comiéndome la cabeza en emboscadas que se me ocurren ya que el príncipe se llevó a la doncella al país del "y fueron felices para siempre"... y mi reina, vous ê tes allé a la merde.
Triste pero cierto. La parte buena es que siempr...